Subió su mirada como buscando algo entre las nubes naranja que hacían ver el cielo como una pintura surreal al óleo. Ella reía y lloraba cada vez que lo veía, era un cielo que algo ocultaba, un dios, un alma, un aguacero... algo... Ella quería ser feliz y dejar de sufrir, dejar atrás los retorcidos metales y vidrios rotos que no la dejan dormir.
Le gustaba ver como las montañas se van perdiendo entre las nubes en los días grises y tristes, para ella todo era un paisaje pintado, no confiaba en la realidad, solo anhelaba la felicidad en un mundo más allá.
Continuaba observando los celajes celestiales y se preguntaba: -¿Qué hay más allá de los paisajes pintados al óleo?- Como respuesta una fresquísima brisa jugó con sus cabellos y un ave amenizó el ambiente con su cantar... Ella cerró los ojos y fue feliz...
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